jueves, 25 de septiembre de 2014

Efectos comerciales de agroquímicos en Argentina

Las fumigaciones de agroquímicos en Argentina se han incrementado nueve veces, de 9 millones de galones en 1990 hasta 84.000.000 galones hoy. El país sudamericano tiene una gama de normas ampliamente ignoradas que dejan a la gente peligrosamente expuesta, y los productos químicos contaminan hogares, aulas, y el agua potable. Médicos y científicos advierten que las fumigaciones sin control podrían ser la causa de distintos problemas de salud que surgen día a día en todo el país a medida que las héctares de cultivos transgénicos aumentan en el país. 

Soy feminista, ¿y qué?

¿Por qué deberíamos renunciar a la palabra “feminismo” sólo porque en ocasiones no esté bien empleada o la usen personas que no piensan como nosotras?

Si solamente hace falta acercarse a la definición de cualquier diccionario para ver que feminismo es hablar sobre igualdad.
Increíble pero cierto. Hay quien piensa que ya “todo está hecho”. Que con poder votar, ir a la universidad y trabajar ya está el tema arreglado. Lo que no suelen contemplar quienes afirman tal barbaridad, es que nosotras seguimos cobrando menos que ellos en determinados puestos de trabajo, que se nos demanda mucho más para alcanzar los mismos puestos de poder. Que sí, trabajamos fuera de casa, pero en la inmensa mayoría de casos somos nosotras las que se cargan a las espaldas, además, las tareas domésticas y de crianza. Que si una mujer es política se va a hablar de la ropa que ha llevado, de su maquillaje o cualquier aspecto banal, dejando en segundo término sus palabras; o, si se las atiende, será para criticar lo “histérica” que se ha puesto.
Para mí, utilizar esta palabra es recoger el testigo de nuestras abuelas, volver a darnos la voz que todas esas mujeres nos han querido dar. Es seguir hacia delante. Es posicionarnos, ponernos en pie y hacernos valer.
ue nos dé miedo decir que somos feministas, que se asocie la palabra a que somos unas amargadas, o, sencillamente que lo asociemos a que queremos ser consideradas superiores a los hombres, no es más que una muestra de la sociedad machista en la que vivimos. Es otro de sus triunfos. Los prejuicios formados a su alrededor lo único que pretenden, y consiguen, es machacar al feminismo y a su lucha.
Por suerte no todo el mundo lo ve así. Hay personas potentísimas que se declaran feministas sin ningún tipo de tapujos. Porque tienen claro lo que es ser feminista. Hay mujeres famosas que lo cantan a los cuatro vientos. Y teniendo la trascendencia que tienen, es de agradecer.
Lo que espero para el futuro es que el término feminismo sea revalorado. Que tome el poder que contiene la palabra y se use. Que nos deje de dar vergüenza, que no lo digamos con la boca pequeña, que no dudemos de él. Ser feminista constituye un acto de autodefensa para las mujeres.